Arena de gatos, el mejor aliado para una buena convivencia con nuestros mininos

Quienes tenemos un gato en nuestra vida, sabemos lo importante que es cuidar la higiene, para que nuestro compañero esté cómodo y sano. A pesar que están hace más de 9000 años junto a las primeras sociedades humanas, no es hasta el último siglo que han ingresado como uno más a nuestras casas, con todo el cuidado que eso conlleva. En la naturaleza, los felinos suelen enterrar sus deposiciones y orinas para que sus presas, o posibles depredadores, no los puedan detectar. Esto, unido a que la mayoría de las razas actuales descienden de los felinos que habitaban las zonas desérticas de Oriente Medio y Norte de África, puede haber influido en el hábito de usar la arena para tales efectos y por ello que el uso del arenero sea algo instintivo para la mayoría de nuestros gatos. Aunque también pueden darse casos excepcionales de su no uso por motivos patológicos, territoriales (sobretodo en machos no castrados) o mal hábito higiénico, al utilizar productos de limpieza tipo lejía o amoníaco, que pueden generar reacciones adversas o grandes complicaciones en la salud del gatico.

Antes de entrar a nuestras vidas como mascotas o compañeros, la relación con los gatos fue más práctica. Eran los encargados de controlar la población de ratas y ratones en ciudades y poblados, que con el constante crecimiento, generaban focos de atracción de plagas. Debido al excelente resultado, poco a poco los gatos se fueron ganando el derecho de entrar a las casas. Fue el aprovechamiento de los recursos, lo que hizo que se utilizara arena o tierra común, serrín o cenizas para limpiar los desechos de los mininos, que al fin y al cabo son materiales o subproductos fáciles de encontrar y prácticamente gratis. Entonces ¿cómo surgió el uso de la arena que conocemos hoy en día? Esto se lo debemos a Edward Lowe, empresario estadounidense que en los años 40 trabajaba junto a su padre en el sector de la limpieza industrial, con productos absorventes. Un día, la vecina de Edward se le acercó para pedirle algo de arena para su gato, por que la suya se había congelado y la ceniza que utilizaba hacía que la casa quedara llena de huellas de su compañero gatuno. Edward le dió un poco de arcilla especial hecha a base de minerales que tenían un gran poder absorvente. El resultado fue mejor de lo esperado. Tanto fue así, que empaquetó esta arcilla, la llamó “Kitty Litter” y la ofreció a una tienda de mascota para venderla. El dueño de dicha tienda se negó alegando que costaba mucho más que las arenas comunes y no se vendería. Lowe comenzó una campaña para hacer conocido su producto en tiendas y eventos de mascotas, llegando a regalar su producto para que llegara a la mayoría de familias gatunas posibles. Al poco tiempo llegó la recompensa y en 1947 Edward pudo patentar y sacar al mercado su arena superabsorvente que además, minimizaba los olores. Todo un hallazgo para los amantes de los gatos.

Así que debido al éxito del producto, sumado a que cada día aumentamos las familias que nos dejamos querer por compañeros gatunos, es que estas arenas sean un pilar fundamental para el cuidado de nuestros mínimos domésticos y por lo tanto se agradece la constante investigación y desarrollo de estos productos. En la actualidad, en la fabricación de la mayoría de las arenas se utilizan materiales como la sepiolita, bentonita, vermiculita y la perlita, entre otros. Estos minerales ayudan a la gran absorción de olores y aglomeración de los desechos. También es posible encontrar arenas biodegradables compuestas, por madera, papel reciclado o restos vegetales. Son buenas aliadas para el medio ambiente ya que tienen posibilidad de compostar tus tierras. El gel de sílice (compuesto sintético que se obtiene a partir del silicato sódico) es uno de los demandados para estas arenas por su acción antibacteriana. La combinación de estos materiales nos deja un amplio abanico de arenas para gatos. Entonces ¿cuál es la mejor arena para nuestro gato? Debes tener en cuenta, que la decisión final siempre será de él, pero hay algunos factores que puedes tener en cuenta: Algunas arenas pueden soltar polvo en ese momento frenético de esconder el desecho, con lo cual se dispersan más los olores por casa. Otras tiene fragancias que a tí te agradarán mucho, pero a tus gatos les puede resultar nocivo para su sistema olfativo, como mínimo. También el tacto que tenga la arena, es otro factor para que tu gato se decida por utilizar el arenero, que con tanto cariño le has hecho.

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